Pegging: Guía completa para practicarlo en pareja 2025
Si has llegado hasta aquí, probablemente hayas escuchado la palabra "pegging" en alguna conversación subida de tono, en una serie o simplemente navegando por internet. Quizá te pica la curiosidad, o tal vez llevas tiempo queriendo probar pero no sabes por dónde empezar. Sea cual sea tu caso, respira hondo: estás a punto de descubrir una práctica sexual que puede revolucionar completamente tu vida íntima.
¿Qué es el pegging?
Empecemos por el principio. El pegging es una práctica sexual en la que una persona con vulva penetra analmente a una persona con pene, normalmente utilizando un arnés con dildo (también conocido como strap-on).
El término nació en 2001 gracias a Dan Savage, periodista y escritor estadounidense de la columna "Savage Love". Cansado de que no existiera una palabra específica para esta práctica, lanzó una encuesta en su web preguntando: "¿Qué término será la jerga comúnmente aceptada para que una mujer folle a un hombre por el culo con un consolador con correa?". Y así, de una votación popular, nació el término "pegging" que usamos hoy en día. Antes de esto, se le llamaba simplemente "juego con strap-on", pero el nombre no terminaba de capturar la esencia específica de esta práctica que implica un delicioso intercambio de roles.
Desmontando mitos: No, el sexo anal no es "gay"
Vamos a dejar algo claro desde ya, porque es el elefante en la habitación que nadie quiere mencionar: disfrutar de la estimulación anal no tiene absolutamente nada que ver con tu orientación sexual.
Desde la perspectiva masculina:
Tío, lo entiendo. Nos han metido en la cabeza desde pequeños que la zona anal es territorio prohibido, que si la tocas o disfrutas con ella automáticamente se cuestiona tu masculinidad.
Pero aquí va la realidad: tu próstata (ese pequeño órgano del tamaño de una nuez) está ahí por una razón, y cuando se estimula correctamente, puede proporcionarte orgasmos increíblemente intensos.
No es magia, es anatomía pura y dura. Disfrutar de tu propio cuerpo y de todas sus zonas erógenas no cambia quién eres ni a quién te atrae. Si te gustan las mujeres, seguirás gustándote las mujeres después de probar pegging. Lo único que cambiará es que habrás descubierto una nueva forma de placer.
Desde la perspectiva femenina:
Chica, muchas veces somos nosotras las que también arrastramos estos prejuicios. Si tu pareja masculina te propone probar pegging, no significa que sea gay ni que esté cuestionando nada. Simplemente significa que confía en ti lo suficiente como para mostrarse vulnerable y explorar nuevas sensaciones contigo. Es, de hecho, un cumplido enorme.
Pegging vs Petting: No te confundas
Aunque los nombres suenen parecido (y rimen como si fueran familia), son prácticas completamente diferentes:
- Pegging: Penetración anal con arnés y dildo, intercambio de roles, exploración de la próstata.
- Petting: Magreos, caricias, besos, toqueteos... todo menos penetración. Los "sobeteos" de toda la vida.
Uno es un viaje completo al placer anal con juguetes de por medio, el otro es el calentamiento previo que todos conocemos. Así que no, no tienen nada que ver más allá de compartir una coincidencia fonética.
Los beneficios reales del pegging (que nadie suele contar)
Más allá del placer inmediato, el pegging ofrece beneficios que van mucho más allá de lo físico:
Para él:
- El punto P (de Próstata y de Placer): La estimulación prostática puede producir orgasmos más intensos y prolongados que los orgasmos tradicionales. Algunos hombres describen la sensación como "orgasmos de cuerpo completo".
- Salud prostática: Diversos estudios sugieren que la estimulación regular de la próstata está vinculada a una menor probabilidad de padecer cáncer de próstata y ayuda a prevenir trastornos, ya que el masaje prostático ayuda a drenar fluidos de forma adecuada.
- Control eyaculatorio: La estimulación anal puede ayudar a retardar la eyaculación y mantener la erección por más tiempo.
Para ella:
- Empoderamiento sexual: Tomar el control y "llevar el mando" puede ser tremendamente excitante y liberador. Es una oportunidad de explorar tu lado más dominante.
- Conexión emocional profunda: Cuando tu pareja se muestra tan vulnerable contigo, el nivel de intimidad se dispara. 3. Novedad y excitación: Romper la rutina sexual siempre añade chispa a la relación.
Para ambos:
- Comunicación mejorada: Introducir pegging en vuestra vida sexual requiere hablar abiertamente sobre deseos, miedos y límites. Esta comunicación se traslada a otras áreas de la relación.
- Confianza potenciada: La vulnerabilidad que implica esta práctica crea un vínculo de confianza increíblemente fuerte.
- Innovación sexual: Os ayuda a salir de la zona de confort y descubrir que vuestros cuerpos tienen mucho más que ofrecer
Mitos que hay que destruir YA sobre el pegging
Mito 1: "Si le gusta el sexo anal, es gay." Realidad: La orientación sexual no tiene nada que ver con qué partes del cuerpo te proporcionan placer. La próstata está ahí tanto si eres hetero, gay, bi o lo que sea.
Mito 2: "Las mujeres que quieren hacer pegging son raras o dominantes extremas." Realidad: Simplemente son mujeres con mente abierta que quieren explorar algo nuevo con su pareja. Tan simple como eso.
Mito 3: "El pegging cambiará la dinámica de la relación para siempre." Realidad: Solo cambiará si lo permitís. Es una práctica más en vuestro repertorio, no un cambio de personalidad.
Mito 4: "Necesitas juguetes carísimos." Realidad: Con 60-80 euros podéis montar un kit básico perfectamente funcional.
Mito 5: "Es sucio y asqueroso." Realidad: Con preparación e higiene básica, no tiene por qué haber ningún problema. El cuerpo funciona de manera que, si estás bien, la zona está limpia.
Cómo proponerlo: La conversación es básica
Desde su perspectiva (él): Sé que puede dar vértigo sacar el tema. Te preocupa que tu pareja piense raro o que malinterprete tu interés. Aquí van algunos consejos:
Escoge el momento adecuado: No lo sueltes en medio de una cena familiar. Busca un momento íntimo, relajado, quizá después de una sesión de sexo satisfactoria.
- Sé honesto y directo: "Oye, últimamente he estado leyendo sobre pegging y me ha picado la curiosidad. ¿Qué opinas?"
- Explica tus razones: Háblale de la próstata, del placer, de que te gusta la idea de probar algo nuevo con ella.
- Hazla parte de la decisión: No es una demanda, es una propuesta. "Me encantaría explorar esto contigo, pero solo si tú también te sientes cómoda."
Desde su perspectiva (ella): Si eres tú quien quiere proponerlo, eres una adelantada. Aquí tienes cómo abordarlo:
- Tantea el terreno primero: Durante el sexo, experimenta con caricias cerca de la zona anal. Observa cómo reacciona.
- Comparte tu fantasía: "He estado pensando en algo que me pone mucho... ¿Te gustaría que intercambiáramos roles alguna vez?"
- Normalízalo: Cuéntale que es algo cada vez más común, que muchas parejas lo prueban y lo disfrutan.
- Asegúrale que no cambia nada: Déjale claro que esto no cambia vuestra dinámica habitual, es solo un añadido para explorar juntos.
Tu kit de iniciación al pegging
Bien, habéis decidido dar el paso. Ahora toca equiparse. No hace falta gastarse una fortuna ni convertir vuestro dormitorio en una sex shop, pero sí necesitáis algunos elementos básicos:
El arnés (strap-on), elemento estrella.
Hay varios tipos:
- Arnés con correas ajustables: El clásico. Se coloca como un cinturón alrededor de la cintura y los muslos. Permite intercambiar dildos. Ideal para principiantes porque ofrece estabilidad y control.
- Arnés strapless (sin correas): Se sujeta con los músculos vaginales de quien lo lleva. Da más libertad de movimiento pero requiere práctica y un buen control del suelo pélvico. No recomendado para la primera vez.
- Arnés con vibración: Algunos modelos incluyen un pequeño vibrador en la parte interna que estimula a quien lo lleva. Win-win.
Consejo: Para empezar, elegid un arnés con correas ajustables que sea cómodo y tenga buen soporte. Nada de complicarse la vida la primera vez.
Ver arneses sexuales
El dildo
Tamaño importa, pero no como crees. Más grande no significa mejor, especialmente al principio. Para la primera vez: *
- Longitud: No más de 12-13 cm
- Grosor: Delgado, aproximadamente 3-3.5 cm de diámetro
- Material: Silicona médica (se limpia fácilmente y es hipoalergénica)
- Forma: Ligeramente curvado para estimular la próstata Importante:
- Buscad dildos compatibles con arnés (tienen una base plana o ventosa).
Lubricante (NO NEGOCIABLE)
El ano no lubrica solo. Punto. Necesitáis lubricante, y mucho.
- Lubricante de silicona: Dura más, no se seca, perfecto para juegos anales. Eso sí, no lo uséis con juguetes de silicona (los estropea).
- Lubricante de agua: Compatible con todo tipo de juguetes, pero tendrás que reaplicar cada cierto tiempo.
- Lubricante híbrido: Lo mejor de ambos mundos. Mi recomendación: empezad con uno de silicona específico para sexo anal. La diferencia es abismal.
Ver lubricantes
Plugs anales (tu mejor amigo)
Los plugs son perfectos para ir preparando la zona gradualmente. Comprad un set de 3 tamaños diferentes (pequeño, mediano, grande) y id progresando poco a poco en sesiones previas.
Ver plugs anales
Preservativos
Sí, aunque no haya riesgo de embarazo ni de ITS (si sois pareja estable), los condones facilitan muchísimo la limpieza del dildo después. Créeme, te lo agradecerás.
Ver preservativos
Toallitas y productos de limpieza
Para el antes y el después. Mantened la zona limpia y así evitaréis sorpresas desagradables.
Preparación par el pegging. Casi más importante que el acto
Vale, tenéis el equipo. Ahora viene la parte que mucha gente se salta por impaciente: la preparación. Y amigos, aquí no hay atajos.
Higiene básica (hablemos claro)
Para él: Sí, hablemos de lo que nadie quiere hablar. Vas a necesitar limpiar bien la zona. Una ducha concienzuda es lo mínimo. Si queréis ir un paso más allá, existe la opción de las duchas anales (enemas), pero no son estrictamente necesarias.
Si decides usarla, hazlo con agua tibia 1-2 horas antes, nunca justo antes (necesitas tiempo para que salga todo el agua).
Consejo práctico: Evita comidas pesadas el día que vayáis a probar pegging. Una dieta ligera unas horas antes ayuda.
Excitación previa (FUNDAMENTAL)
No podéis pasar directamente a la penetración. Necesitáis calentamiento, mucho calentamiento.
Sesión recomendada:
- Empezad con sexo "normal" (20-30 minutos): Besos, caricias, sexo oral... lo que normalmente hacéis para poneros a tono.
- Introducid el juego anal gradualmente:
- Caricias externas alrededor del ano (con lubricante)
- Masajes circulares con el dedo
- Si os atrevéis, rimming (beso negro/anilingus) - increíblemente placentero
- Introducción progresiva:
- Empieza con un dedo (bien lubricado)
- Después de unos minutos, dos dedos
- Luego un plug pequeño
- Finalmente, el dildo
Tiempo total de preparación: Mínimo 45 minutos. Y no, no es exagerado.
El papel del lubricante (insisto porque es VITAL)
No puedo enfatizar esto lo suficiente: USAD LUBRICANTE. Mucho. Más del que creéis necesario. Y cuando penséis que ya es suficiente, añadid un poco más.
Aplica lubricante. Literalmente, que no falte.
- En el ano
- En los dedos
- En el plug
- En el dildo
El gran momento: Consejos para tu primer pegging
Llegó la hora. Nervios, excitación, expectativas... Es normal. Aquí van consejos desde ambas perspectivas:
Para él (quien recibe):
- Relájate (en serio): Si estás tenso, los músculos del esfínter se contraen y será incómodo. Respira profundo, confía en tu pareja.
- Comunica constantemente: "Más despacio", "ahí está bien", "para un momento"... No te calles. Ella no puede sentir lo que tú sientes, así que sé su guía.
- Toma el control al inicio si lo necesitas: No hay vergüenza en guiar su mano o el dildo al principio. Una vez te sientas cómodo, puedes dejar que ella tome las riendas.
- Combina estímulos: Muchos hombres disfrutan masturbándose mientras son penetrados. La combinación es explosiva.
- No fuerces si duele: Un poco de presión inicial es normal, dolor intenso NO. Si duele, parad, añadid más lubricante, respirad y volved a intentarlo más despacio.
- La primera vez puede no ser perfecta: Y está bien. Es un aprendizaje. Quizá no llegues al orgasmo la primera vez, o quizá sí. Cada cuerpo es diferente.
Para ella (la que penetra):
- Ve DESPACIO: No puedes sentir lo que él siente, así que la comunicación es tu única guía. Empieza con movimientos superficiales y suaves.
- El ángulo importa: La próstata está a unos 5-7 cm de la entrada, en dirección al ombligo. Ese es tu objetivo. Experimenta con ángulos hasta encontrar el punto.
- No imites el porno: Las actrices porno hacen movimientos exagerados que se ven bien en cámara pero que en la vida real serían incómodos. Menos es más.
- Usa las caderas, no los brazos: El movimiento debe venir de tus caderas, como si tuvieras un pene real. Así tendrás más control y menos cansancio.
- Mantén el contacto visual: Esto no es solo sexo físico, es conexión emocional. Mírale a los ojos, pregúntale cómo está, hazle saber que estás ahí con él.
- Disfruta del poder: Está bien admitirlo: puede ser tremendamente excitante estar en esta posición de control. Déjate llevar por esa sensación.
- Pregunta, pregunta, pregunta: "¿Está bien así?", "¿más rápido o más lento?", "¿te gusta este ángulo?" No seas tímida.
Posturas para principiantes (y algunos trucos para disfrutar más)
No todas las posturas son iguales cuando hablamos de pegging. Algunas son más cómodas para empezar:
Misionero adaptado (LA MEJOR PARA PRINCIPIANTES)
Cómo: Él se tumba boca arriba con las piernas elevadas (puede apoyarlas en tus hombros o mantenerlas flexionadas). Tú te colocas entre sus piernas, de frente.
Por qué funciona:
- Máxima comunicación visual
- Él puede guiarte fácilmente
- Control del ritmo para ambos
- Puedes estimular su pene al mismo tiempo
- Intimidad total
Truco: Poned una almohada bajo sus caderas para elevarlas y facilitar el ángulo.
De lado (cucharita anal)
Cómo: Ambos tumbados de lado, tú detrás de él, penetrándole desde atrás.
Por qué funciona:
- Súper relajada para ambos
- Control suave del ritmo
- Perfecta para sesiones largas sin cansancio
- Fácil acceso para estimular su pene
Truco: Él puede ajustar el ángulo moviendo su pierna superior.
Él encima (vaquero invertido)
Cómo: Tú tumbada boca arriba con el arnés puesto, él se sienta sobre ti dándote la espalda y controla la penetración.
Por qué funciona:
- Él tiene control total (perfecto si está nervioso)
- Puede ir a su ritmo
- Tú descansas (porque llevar el arnés cansa)
- Buena estimulación de próstata
Truco: Él puede apoyarse en tus muslos para mantener el equilibrio.
Perrito (PARA CUANDO YA TENGÁIS PRÁCTICA)
Cómo: Él a cuatro patas, tú detrás arrodillada penetrándole.
Por qué NO es para principiantes:
- Difícil mantener el contacto visual
- Ángulo más profundo (puede ser intenso)
- Menos control para él
Cuándo probarlo: Cuando ya llevéis 3-4 sesiones y ambos os sintáis cómodos.
Errores comunes (que podéis evitar) al practicar pegging
Error 1: Ir demasiado rápido
El problema: Pasar de cero a cien en dos minutos.
La solución: Dedicad MÍNIMO una hora a toda la sesión, incluyendo preparación. La prisa es enemiga del placer anal.
Error 2: Escatimar en lubricante
El problema: "Ya he puesto bastante."
La solución: Dobla la cantidad que crees necesaria. En serio.
Error 3: No comunicarse
El problema: Él se aguanta las molestias por vergüenza, ella no pregunta por miedo a parecer insegura.
La solución: Hablad. Constantemente. Sin filtros.
Error 4: Esperar orgasmos inmediatos
El problema: Creer que a la primera va a ser la experiencia más alucinante de vuestras vidas.
La realidad: Como todo en la vida, requiere práctica. Las primeras veces son más de exploración y aprendizaje.
Error 5: No prestar atención a los arneses
El problema: Arnés mal ajustado que se mueve o resulta incómodo.
La solución: Ajustadlo antes de empezar, con él ya puesto. Debe quedar firme pero cómodo.
Error 6: Olvidar la higiene del juguete
El problema: Limpiar mal el dildo después y arriesgarse a infecciones.
La solución: Limpiadlo inmediatamente después con agua tibia y jabón neutro o limpiador específico para juguetes sexuales.
El aftercare: Tan importante como el acto
Muchas parejas olvidan esta parte, pero es crucial. Inmediatamente después:
Para él:
- Es posible que sientas sensibilidad en la zona durante unas horas. Normal.
- Puedes ir al baño sin problema (no, no te va a salir nada raro).
- Una ducha tibia puede ser reconfortante.
- Si hay leves molestias, una crema calmante específica puede ayudar.
Es normal que sientas una leve sensibilidad durante 24-48 horas si ha sido la primera vez. Si las molestias persisten más tiempo o hay dolor intenso, consulta con un médico sin vergüenza (no te va a juzgar, han visto de todo, créeme).
Para ambos:
- Abrazaos, acariciaos, hablad de la experiencia: ¿Qué te gustó más?, ¿Cómo te sentiste?, ¿Algo que cambiarías?
- Este momento de vulnerabilidad compartida es oro puro para vuestra relación
- Tomad agua, descansad juntos
Señales de que vais por buen camino
- Comunicación fluida: Habláis sin vergüenza sobre lo que queréis probar.
- Experimentación gradual: No habéis intentado hacerlo todo en una sesión.
- Él expresa placer: Gime, se relaja, te pide más.
- Ella se siente cómoda: No está incómoda ni forzada, disfruta del control.
- Queréis repetir: La mejor señal de todas.
- El siguiente nivel (cuando ya sois expertos)
Una vez que el pegging forme parte natural de vuestra vida sexual, podéis explorar:
- Juguetes más grandes o con texturas
- Arneses con vibración para ambos
- Incorporar elementos BDSM (esposas, vendas, juegos de poder)
- Grabación de vídeos (solo para vosotros, obviamente)
- Juegos de roles donde ella es la "dominante"
- Posturas más complejas como el perrito o de pie
¿Merece la pena practicar pegging?
Mira, el pegging no es para todo el mundo, y está perfectamente bien. Pero si has llegado hasta aquí, claramente tienes curiosidad. Y la curiosidad en el sexo es algo maravilloso.
¿Merece la pena superar los prejuicios, los miedos y la vergüenza inicial? Si me lo preguntas, absolutamente sí. No solo por el placer físico (que puede ser extraordinario), sino por todo lo que implica:
- Confianza profunda entre vosotros
- Comunicación mejorada que se traslada a otros aspectos de la relación
- Vulnerabilidad compartida que os une más
- Exploración de vuestros cuerpos sin límites absurdos
- Ruptura de roles tradicionales que puede ser liberadora para ambos
Al final, el sexo es juego, experimentación, conexión. El pegging es simplemente una herramienta más en vuestro arsenal para disfrutar juntos. No tienes que convertirlo en el centro de vuestra vida sexual, pero tenerlo como opción amplía enormemente vuestras posibilidades de placer.
Así que, ¿qué te detiene? Ya tienes toda la información. Ahora solo queda que habléis, os equipéis, preparéis bien y os lancéis a la aventura. Con comunicación, paciencia y mucho lubricante (en serio, mucho), puede convertirse en una de las mejores decisiones que toméis como pareja.
Y recuerda: en nuestra tienda erótica online tenemos todo lo que necesitas para empezar esta aventura. Arneses, dildos, lubricantes, plugs... Lo difícil no será encontrar el equipo, sino decidir cuál probar primero.
¿Preparados para intercambiar roles y descubrir nuevos placeres? El único límite es vuestra imaginación.
Nota final: Este artículo es informativo y educativo. Cada pareja es diferente, así que adaptad estos consejos a vuestras necesidades particulares. Lo más importante siempre es el consentimiento mutuo, la comunicación y el respeto.
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